Dicen por ahí que uno no debe
decir nunca haré esto, o jamás haré lo otro, o yo no sería capaz de… Finalmente
no sabemos lo que la vida tiene preparado para nosotros, a pesar de que muchas
personas dicen que el destino se lo forja uno mismo, hasta cierto punto puede
que tengan razón, pero hay cosas en la vida que uno no puede controlar, como
los sentimientos por ejemplo, los accidentes, la muerte, el olvido…
Y así creces con las enseñanzas, inseguridades,
temores y creencias que te transmitieron tus padres, llegas a la adolescencia
pensando igual que un par de años atrás, la juventud sigue su camino, y estás
ahí, siendo adulto, habiendo vivido pocas o muchas experiencias, pero ya eres
capaz de reconocer y asumir que no todo lo que te enseñaron es necesariamente
correcto o incorrecto, simplemente es lo que había en casa…
Ahora que tienes
la madurez suficiente para aceptar que algunas acciones no son malas como te enseñaron
en la iglesia, o te las decía tu mamá porque a ella se las dijo tu abuela, puedes
elegir por ti mismo hacer lo que te haga feliz, sin importar el qué dirán y los
prejuicios de los demás.
Aprendes a qué
todo aquello que pensabas que no tenías el valor de hacer y reconoces con vergüenza
que prejuzgabas, simplemente ahora lo haces porque se siente bien. Aprovechas
cada minuto para sentir con intensidad la vida, no le tienes miedo al cambio,
aprendes de las experiencias de gente que ya vivió más que tú, y te entregas al
destino con esa intensidad que hace que olvides a los demás y por un momento
solo seas tú y nadie más.
Aprendes a no
pensar en las consecuencias de tus actos demasiado, solo vas y haces lo que deseas
con el alma en ese momento, porque ahora ya sabes que solo hay una vida para
experimentar, para equivocarte y volverlo a hacer, para sufrir hasta que
reviente el corazón por dentro, y sabrás que ese dolor valió toda la pena del
mundo porque viviste... y en ese momento sabes que no volverás a decir que no
serás capaz de hacer algo diferente en tu vida, así que no escupas al cielo porque
te cae con baba…
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